Cómo freír croquetas

Las croquetas son unos de los platos más ricos que hay. Crujientes, deliciosas y muy versátiles, ¡literalmente pueden ir con todo! Sin embargo, lograr que queden perfectas puede ser todo un desafío. Algunas personas pueden intimidarse por la complejidad de una croqueta. Si eres de esas, ¡no te preocupes! Te traemos la solución. Después de leer esta guía serás todo un experto en cómo freír croquetas de pollo, pescado o cerdo. Pon el aceite al fuego, y empecemos.

Es el platillo español por excelencia, pues es algo que todos compartimos. Si hay algo en lo que nos destacamos, es en lo crujiente de nuestras croquetas. Sin embargo, puede ser frustrante cuando las hacemos con mucha ilusión y nadie puede comerlas ni por educación. Tranquilo, que nos ha pasado a todos. Trata de no exasperarte, la actitud y la confianza en ti mismo pueden hacer verdaderos milagros culinarios. ¡No te desanimes!

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Instrucciones para freír croquetas

Es un escenario muy común el de tratar de freír croquetas (sean de pollo, pescado o cerdo) y que queden como masas amorfas. O, aún peor, crudas por dentro y quemadas por fuera. No te preocupes, es muy común. Te sorprenderá saber que sólo necesitas saber algunos truquitos para saber cómo freír croquetas perfectas. He aquí lo que tienes que tener en cuenta para dejar a todos boquiabiertos con tus delicias culinarias.

Lo más importante siempre será la higiene. Recuerda lavarte las manos antes de manipular cualquier alimento, es un paso del que no puedes prescindir. A pesar de que pueda parecer simple, es algo muy importante.

Ahora, con tus manos bien higienizadas, podemos empezar. Veamos, puedes freír croquetas precocinadas, o unas que hayas hecho tú mismo previamente. Si tus croquetas no son precocinadas, entonces tú debes asegurarte de que el empanizado sea perfecto. El éxito o fracaso de tus croquetas dependerá directamente del empanizado que les hagas.

Para el empanizado, necesitarás una taza de harina de trigo, dos o tres huevos batidos y unos 400 gramos de pan rallado. Este último puedes conseguirlo en tu tienda más cercana, o hacerlo tú mismo a base de pan duro.

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Toma tus croquetas y pásalas primero por la harina de trigo. Espárcela bien por la croqueta. Seguido de esto, cúbrela con huevo batido. Ahora, ralla un poco de pan duro (o cómpralo en tu tienda más cercana) y finaliza el empanizado con este. En este paso es donde debes ser más cuidadoso. Perfecciona la figura de la croqueta y asegúrate de que no haya ningún huequito o irregularidad. De haber un agujero, el contenido de la croqueta puede filtrarse, y eso será un camino seguro a una catástrofe.

Recuerda que es muy importante la contextura de la masa. Una masa más dura y densa simplificará mucho el proceso. Mientras tanto, una más ligera puede ser más propensa a desastre. Asegúrate de que la masa esté lo más densa posible antes de comienza a freír. El empanizado es sumamente importante, ya lo ves. Nada de irregularidades, agujeros o filtraciones. Si puedes ver el contenido de la croqueta de algún modo, tápalo lo más rápido y perfecto posible.

Ahora, debes contar con una buena sartén. Mientras más ancha y honda, mejor. Deposita una generosa cantidad de aceite. Asegúrate de que el aceite cubra casi por completo a la croqueta. De lo contrario, algunas partes no quedarán lo suficientemente cocinadas. He aquí una pequeña recomendación: el aceite de oliva les proporcionará un mejor sabor a las croquetas, y el resultado será mejor aún si es aceite extra virgen.

Pon, ahora, el sartén al fuego. Ponlo a un fuego alto y espera a que se caliente. No eches las croquetas hasta que veas que el aceite ha calentado lo suficiente. Para probar si está lo suficientemente caliente, pon un pedacito de croqueta. Si empieza a freír, está en el punto. Las burbujas alrededor de las croquetas te asegurarán de que el aceite está suficientemente caliente. Si no, tienes que esperar más. Es igual de importante que procures que el aceite no se sobre cocine y se queme.

En este punto, es importante que te asegures de que no haya filtraciones del contenido de la croqueta. Es decir, vigila que todo esté sellado. De este modo, lo que está adentro se quedará adentro y no habrá posibilidades de desastre.

Una vez que hayas hecho constancia de que la croqueta está bien sellada, puedes echarla al aceite. Para que no te quemes, usa una espumadera. Puedes echar varias croquetas al mismo tiempo, no te preocupes. Sólo ten cuidado, debe haber espacio entre ellas para que las voltees después. Es probable que el aceite enfríe cuando eches las croquetas, así que tienes que vigilar que hagan burbujas. Si no, significa que el aceite se ha enfriado.

En caso de que el aceite se enfríe, retira las croquetas restantes. Espera a que el aceite recupera la temperatura, y sólo ahí, vuelve a depositar las croquetas. Recuerda nuestra técnica, echa un pedacito y espera ver las burbujas.

Gira las croquetas justo después de echarlas al aceite. De este modo, estarás sellándolas, evitando que se deformen posteriormente, o que haya variaciones en la cocción. Finalmente, espera un par de minutos, verifica constantemente su color y gíralas cuando las veas doradas. Ayúdate con la espumadera o un tenedor (¡sin pincharlas!) para retirarlas del fuego.

¿Que necesitas para freír croquetas?

  • Aceite.
  • Especias.
  • Carnes (pollo, cerdo, pescado o res).
  • Sartén.
  • Papel absorbente.
  • Microondas.
  • Harina de trigo.
  • Huevos.

Consejos para freír croquetas

Asegúrate de escurrir muy bien el aceite sobre la sartén antes de retirarlas por completo. Para asegurarte de que la croqueta quede con la menor cantidad de aceite posible, deposita las croquetas en un plato con papel absorbente. Si la pones directamente en el plato, al final tendrás un desagradable desastre de grasa por todas partes. El papel absorbente es tu mejor amigo al momento de freír cosas, ¡siempre ten eso en mente! Posteriormente, las pasarás a otro plato y verás lo secas y prolijas que quedarán.

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En caso de que hayas cometido un error, y la parte de adentro haya quedado fría, no te preocupes. Ponlas en el microondas durante 45 segundos. Esto no hará que pierda el crujiente, y les dará el calorcito necesario en la parte de adentro. Todo perfecto, nadie se ha enterado de tu errorcito.

¡Y así es cómo obtienes unas croquetas perfectas! Ya ves, no es difícil. Sólo tienes que asegurarte de que no se quemen o se doren demasiado. La clave es prestar atención a los pequeños detalles. Ahora sólo te queda disfrutar de tus deliciosas croquetas de pollo, pescado o carne. Tenlas como plato principal, o como acompañante. No tengas miedo de engañar a la dieta, sabemos que lo mereces.

¡Buen provecho!

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